domingo, 17 de julio de 2011

Creciendo con los estereotipos vigentes

Final del fútbol femenino

Hace apenas 20 años que las mujeres lograron el apoyo oficial de la FIFA para realizar campeonatos mundiales de fútbol. La sexta copa, cuyo final se juega hoy enAlemania entre las selecciones de Japón y Estados Unidos, deja claro que sus avances son imparables en cuanto a crecimiento cuantitativo pero también en el mejoramiento del juego. Sin embargo, los estereotipos estigmatizantes sobre la práctica de este deporte en su versión femenina, no decrecen con la misma velocidad con que se multiplican las jugadoras por todo el planeta.
 
Karina Thove


Lejos de la mirada sudamericana, donde este mundial pasó absolutamente desapercibido en medio de la Copa América de las selecciones mayores, la Sub 17 y los aprontes para la Sub 20, 16 equipos femeninos disputaron el título mundial en Alemania. Sin grandes sorpresas, llegaron a semifinales Francia, Estados Unidos, Japón y Suecia (Alemania fue derrotada por Japón) quienes, no sin dificultades, tienen equipos de fútbol femenino más o menos consolidados, ligas y campeonatos regulares, apoyo estatal, esponsorización y jugadoras profesionales que brillan en el firmamento de las grandes ligas del mundo, como es el caso de algunas jugadoras brasileras que encontraron en el exterior un futuro imposible de alcanzar en su país.
 
Las selecciones africanas y sudamericanas –con la excepción de Brasil- que fueron a este mundial (Colombia y México) resultaron eliminadas en la primera ronda, demostrando que las distancias aumentan entre quienes cuentan con todos los recursos y posibilidades para jugar al fútbol -y vivir de eso- y aquellos equipos que ni siquiera disponen de una cancha donde practicar porque las que hay son todas para los equipos masculinos. Brasil pasó a cuartos de final pero fue derrotado por Estados Unidos. 

“El fútbol femenino se ha descuidado en Sudamérica y a nadie le preocupa lo que suceda con él. Hay grandes equipos en nuestros países, pero solo masculinos. El fútbol femenino se juega únicamente en Brasil y Argentina, y las argentinas se ven ante las mismas dificultades: no tienen competiciones, ni clubes ni estructura.
Lo primero que debemos hacer  es montar y mantener una liga nacional que funcione”, declaraba Marta, la  cinco veces ganadora del balón oro FIFA al finalizar el mundial pasado. La situación no ha cambiado demasiado. Su apoyo al Santos fue decisivo para que este cuadro ganara las únicas dos ediciones que hasta el momento se han llevado adelante de la copa Libertadores femenina (2009 y 2010), que este año disputará por nuestro país el Club Nacional de fútbol.
 
El fantasma de la homosexualidad
A poco de comenzado este mundial, las declaraciones de la entrenadora de Nigeria, Eucharia Uche, condenando a la homosexualidad como algo “sucio” y “moralmente equivocado”, armaron gran revuelo. “Tenemos jugadoras que siguen la ley de Dios. Saben que el fútbol les puede traer fama, riqueza y alegría, todo lo contrario que la homosexualidad”, habría declarado, aunque rápidamente salió a desmentirlo y la FIFA condenó estas expresiones reiterando su postura oficial de no discriminación. 

Una vez más esto deja en evidencia los prejuicios que rodean a las jugadoras de fútbol, a las que se las sigue tildando de marimachos y lesbianas. Si bien hay algunas que son homosexuales, lo declaran y lo viven sin que esto les impida formar parte de una selección, como debe ser, –habría que ver qué pasaría si un jugador de fútbol “saliera del closet”- la orientación sexual no es sinónimo de gusto por el fútbol o viceversa.
 
Como sucedió en el pasado en tantos otros terrenos en que las mujeres tuvieron que travestirse para tener éxito, la jugadora mexicana Maribel Domínguez -“Marigol”- contó que en su infancia tuvo que hacerse pasar por un chico para poder jugar al fútbol y rebautizarse como “Mario”. Siete años atrás protagonizó un escándalo cuando estuvo a un paso de jugar en un club de fútbol masculino mexicano (la FIFA a último momento lo impidió). Hoy juega en el Estartit de Barcelona, pero sigue siendo casi una desconocida en su país.

Miren que igual somos lindas…
Como estos estigmas pesan mucho y no ayudan al crecimiento del fútbol femenino, hay otra estrategia que nunca falla: desnudarse para “Playboy” –como lo hicieron algunas jugadoras alemanas de la selección Sub 20 el año pasado- o hacer fotos “hot” –tres jugadoras francesas en el sensacionalista “Bild” alemán en pleno mundial- que casi siempre “engalanan” las secciones deportivas de cualquier medio de comunicación que se precie de tal.

Pero ni las alemanas logran salir de la trampa de los estereotipos. “El lado más bonito de 20once” fue el lema elegido por la FIFA para promocionar este mundial. Que quede claro: las chicas son lindas, sexys, “normales” (es decir, no son gays) y hasta se pintan las uñas o se maquillan en pleno partido como sugiere una propaganda de electrodomésticos germana cuyo slogan es “El mundial más bonito de todos los tiempos” o las miles de promociones que han hecho de distintas marcas de ropa, etc., todo “muy femenino”. Esto ha molestado a varias jugadoras, entre ellas a la notable Birgit Prinz quien ante los elogios por la actuación de su equipo, a la salida de uno de los partidos mundialistas admitió burlonamente: “Si, jugamos tan bonito”… 

¿Cómo explicar la insistencia en la belleza de las jugadoras para promocionar un evento deportivo donde lo que verdaderamente importa es jugarlo bien y limpiamente (promocionar el “fair play”)? “Es la nueva imagen de las futbolistas. Ahora las jugadoras se ven y se promocionan como sexys, no ya como masculinas”, opinó Daniela Schaaf, experta en fútbol femenino de la Universidad de Colonia. Para contrarrestar un estereotipo no hay más que aferrarse a otro, que por otra parte es muy conocido para el género femenino, eterno representante del objetivable “bello sexo”.
 
Mensajes de igualdad
Cuando se habla del techo de cristal, generalmente las feministas aluden al campo de las profesiones más prestigiosas y mejor remuneradas, al mundo empresarial e industrial, a la política y, por supuesto, al deporte.

Esto último, las estadounidenses lo han entendido muy bien por eso tienen la “Title IX”, una ley aprobada y vigente desde 1972, que no es más que una política de acción afirmativa que impide la discriminación por sexo en programas educativos y deportivos estatales. Ha sido muy importante para el desarrollo de los deportes en sus ramas femeninas a nivel de las instituciones educativas, aunque por sí sólo no explica el gran éxito que tuvo el soccer en ese país (en 2006 había 1.7 millones de mujeres futbolistas estadounidenses, más que en cualquier otro país del mundo).
 
Bajo el provocador título “La copa mundial de fútbol no ayudará a las mujeres a pelear por la igualdad”, el periodista del “Der Spiegel” Jakob Augstein señalaba cómo este evento era explotado bajo la lógica “proequidad” y operaba como un efecto “placebo” del verdadero debate sobre las acciones afirmativas existente en su país (cuya actual canciller, Ángela Merkel, pese a apoyar muy fuertemente la realización de este mundial, rechaza las cuotificaciones de género). “No importa cuán exitosa sea la selección femenina alemana, nunca superará su infranqueable déficit: no son hombres”, sentenciaba, poniendo en evidencia otro problema: la imposibilidad de no ser comparadas con los equipos masculinos, aún cuando logren mejores performances. 

El periodista iba más lejos y les pedía a las alemanas, en caso de salir campeonas mundiales por tercera vez consecutiva, que tuvieran un gesto como el de los atletas afroamericanos Tommie Smith y John Carlos en las Olimpíadas mexicanas de 1968, reafirmando el “Black power” con el puño en alto y que enviaran una señal que bien podría ser “Igual paga por trabajo de igual valor”, ya que en Alemania las jugadoras de fútbol tienen la suerte de cobrar un sueldo y vivir de su profesión, algo todavía imposible por estas latitudes.
 
“El Mundial y su logos kitsch con gatitos y la pornografía añadida, terminarán de estropear a las niñas que lograron superar sin daños el lavado de cerebro de las ‘Heidi Klum’ (una especie de Barbies). Pero tal vez algunas niñas se interesen realmente por el fútbol. Sería un logro inmenso. En el campo de juego pueden aprender lo bien que se siente ser protagonista, no objeto; jugadora, no espectadora”, señalaba, por otra parte, una analista indignada en el diario “Tagesspiegel”.
 
Mirada celeste, bien celeste
Los periodistas deportivos de nuestro medio, manteniendo su ancestral costumbre de ignorar al fútbol femenino, apenas han dedicado algún que otro comentario –casi siempre burlón- al mundial. Recordemos que algunos de nuestros ilustres colegas deportivos no tienen empacho en sostener que el fútbol “es cosa de hombres” (es que todavía no les ha llegado la moda de lo “políticamente correcto”). Son los mismos que se babean con las modelos vinculadas a los futbolistas, quienes inexplicablemente siempre aparecen posando semidesnudas en medio de los segmentos deportivos de los informativos del horario central (¡¿no están dando noticias deportivas muchachos?!) No obstante, hay que reconocer que esta vez se han tomado el trabajo de recopilar y pasar los “goles de la jornada”, todo un avance respecto a cuatro años atrás, por ejemplo. Eso sí, casi nunca ha faltado la aclaración, acompañada de la infaltable sonrisa “simpática”, que a pesar de tratarse de “chicas” “algunos son buenos goles ¿eh?” , no vaya a creer…  

Con Nair  Ackermann, presidenta del Consejo de fútbol femenino de la AUF

Avances y carencias locales

A pocos días de partir a Alemania para participar en el simposio que la FIFA desarrolla durante cada campeonato mundial femenino de fútbol y con el torneo apertura a punto de comenzar a nivel local, La República de las Mujeres dialogó con Nair Ackermann, presidenta del Consejo de Fútbol Femenino de la AUF, sobre la realidad del esforzado fútbol femenino local, muy alejado todavía del nivel que por estos días exhibe el juego en las glamorosas canchas germanas.
 
“A grandes líneas, ha habido avances con respecto al relacionamiento interno del Consejo femenino y el Ejecutivo de la AUF”, comienza evaluando quien hace poco más de 10 meses asumió esta nueva directiva, con un proyecto bajo el brazo “de desarrollo de fútbol femenino de acá a cuatro años, en un proceso de encare a divisionales juveniles, preferentemente”. 

“Asumimos el fútbol sala femenino que ha tenido su desprendimiento, proyectando campeonatos promocionales, favoreciendo encuentros con la Liga Universitaria, con grupos del Mides, intentando hacer germinar el fútbol sala que también es importante y en verano hubo algo de fútbol playa, muy pequeño, pero hubo”, relata Ackermann.
 
“Lo que se ha llevado adelante es lo que los clubes solicitaban: el desarrollo local de un campeonato. En mayo de este año se comenzó con un campeonato preparatorio en Sub 16 y en mayores.
 
Ha habido un gran crecimiento en las juveniles: de tener 60 chiquilinas a diciembre de 2010, tenemos ahora unas 130”,  informa la interlocutora. Al problema de la falta de campeonatos, se suma el hecho de lograr su continuidad en el tiempo, tema muy difícil de sostener no sólo en nuestro país sino en casi todo el continente.“En el interior se da la práctica de generar, por ejemplo, un campeonato de tres fines de semana y después no hay mucho más. Nosotros lo que pretendemos es que haya una continuidad que puede estar simplemente en un torneo de un mes, mes y medio, cortado, para que haya pases, inscripciones en la AUF, fichaje de nuevas jugadoras”, explica Ackermann. 
 
Los clubes que disputaron el preparatorio fueron 6: Colón, Nacional, Bella Vista, Cerro, River Plate y Wanderers. Seguramente en el campeonato apertura, que se jugará a dos rondas, estos equipos repitan su presencia. “Puede haber alguno más, todavía estamos inscribiendo”, aclara la presidenta.
 
La celeste femenina
En 2010 Uruguay, con un pobre desempeño, asistió a la copa sudamericana de selección mayor donde clasificaron Colombia y Brasil al mundial que se disputa por estos días en Alemania. “Hoy no estamos en el mundial por varias razones lógicas de falta de entrenamiento y diversas etapas que no se cumplieron adecuadamente en tiempo y forma”, advierte Ackermann. Son notorias las diferencias entre quienes juegan al fútbol profesionalmente y el amateurismo que caracteriza al presente del fútbol femenino local. Pero en la actualidad “hay un proceso de selección en funcionamiento”, donde la novedad estuvo en que se presentaron
técnicas a los llamados que se  hicieron (hasta la fecha la selección siempre había estado dirigida por  técnicos). “De la Sub17 la técnica que ha obtenido el mejor puntaje ha sido Graciela Rebollo, con toda una trayectoria a nivel de fútbol y Fabiana Manzolillo en la Sub 20, que también participó en la selección del 2008 que disputó el sudamericano”.
 
La Sub 17 compite en enero y la Sub 16 en marzo del año que viene a nivel sudamericano. “Nada mejor que las técnicas trabajen en el Estadio Charrúa, que fue creado para el fútbol femenino cuando vino Blatter en el año 1998”, recuerda Ackermann, seguramente pensando en todas las veces que en el pasado esto no se cumplió.

“Nosotros queremos que haya fútbol todo el año”, asegura, pero para eso hace falta contar con más recursos para los traslados y garantizar las mejores condiciones para que las futbolistas jueguen cómodas y seguras. El 15% que como mínimo la FIFA obliga que cada país destine al fútbol femenino se cumple en nuestro país pero, a juicio de Ackermann, es insuficiente: “La AUF recibe 250.000 dólares y de ahí destinar ese 15% representa apenas 37.500 dólares, algo que no da para mucho y no permite un trabajo hacia la selección que es lo que la FIFA quiere. Somos conscientes que si no hay desarrollo local no hay desarrollo de selecciones, entonces vamos a buscar un porcentaje mayor y también sponsors”.
 
Deuda con las más chicas
“Tenemos un debe con las chicas de 13, 14 y 15 años”, reconoce. ONFI (fútbol infantil) se ocupa de niños y niñas de 6 a 12  años “pero luego todo ese trabajo se pierde y como política deportiva de país hay que abordarlo para darle continuidad”.

Es una edad de grandes cambios tanto para las niñas como para los varones –el pasaje de primaria a secundaria, de la niñez a la adolescencia- donde “necesitamos generar una política educativa de apoyo al fútbol femenino para que las chicas puedan asistir a las prácticas de la selección o de su equipo, porque muchas veces se encuentran con autoridades en los liceos que no les permiten ir a jugar y sí autorizan a los varones”, recalca Ackermann, aclarando que la idea es que nunca dejen de estudiar –deporte y estudios deben ir de la mano como bien lo entienden las políticas deportivas estatales de inclusión social que se vienen llevando adelante-, pero a la hora de apoyar la competencia deportiva, en los hechos, las discriminaciones de
género parecen ser bastante habituales.  Ackermann cuenta una experiencia de fútbol femenino que se ha  generado este año en el colegio Seminario: “Están contentas, van a las canchas periféricas en las cuales estamos, aprenden, participan, entonces esta modalidad de promoverlo en los colegios la vamos a seguir en el año 2012”.

Otro encare es salir a buscar jugadoras juveniles a todo el país: “Nuestras técnicas van a ir a valorar al interior, por ejemplo, con la Intendencia de Treinta y Tres vamos a coordinar un regional”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario